sábado, 15 de noviembre de 2008

Berberecho y su muñeco

Berberecho trajo un hermoso muñeco, que cuando le daban cuerda abría y cerraba los ojos y se reía. Todos los chicos querían tocarlo, pero él no se lo prestaba a nadie.
- ¿Cómo se llama tu muñeco? - le preguntó Martina.
- No sé - dijo Berberecho.
- A los muñecos lindos se les pone nombre.
- Sí, pero yo no sé que nombre ponerle. - dijo Berberecho pensativo. ¿No me ayudás a pensar uno?
- Preguntame más tarde, porque ahora voy al baño.
- Preguntame puede ser un lindo nombre - pensó Berberecho.
Al rato vino Plomín y le dijo:
- Qué lindo muñeco. ¿Cómo se llama?
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?
- Preguntame.
- ¡Basta! - dijo Plomín. - Ya te pregunté un montón de veces.
- Y yo te contesté un montón de veces - dijo Berberecho enojado.
Al rato vino Martina y le preguntó que nombre le había puesto al muñeco.
- Como vos me dijiste.
- ¿Cómo? Si yo no te dije nada...
- Sí
- No
- Sí
- Bueno, si te dije no me acuerdo. Decime que nombre le pusiste.
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?

Y así estuvieron un rato largo, hasta que Martina se cansó y se fue. Después vino Nahuel y le preguntó lo mismo, y Berberecho le contestó lo mismo, y estuvieron un rato largo diciendo:
- Preguntame.
- ¿Cómo se llama?
Hasta que Berberecho decidió cambiarle de nombre al muñeco. Lo llamó Muñeco y listo.
Y es así que Berberecho más adelante tuvo un oso que se llamaba Oso, un perro que se llamaba Perro, y un gato que se llamaba Gato. Poco imaginativo, pero fácil de acordarse y sin lugar a malentendidos.
Tomado de la página http://pacomova.eresmas.net/

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